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Fue aprobado en Diputados

El derecho a morir con dignidad: reforma al sistema de Cuidados Paliativos

Tras el resonante caso de Camila, se reavivó el debate parlamentario de la postergada Ley de Cuidados Paliativos. Adherentes y opositores al proyecto tienen puntos de vista dispares, y los explican en esta nota.


Por: Juan Ariel Capecci
Durante una charla de hospital entre un periodista de Defiéndase y un oncólogo, que prefirió mantener su nombre y matrícula en reserva, se pudo rescatar este breve diálogo:
No te equivoques con este tema. Acá no se está tratando de legalizar la eutanasia, sino de respetar los deseos del paciente terminal para morir en paz.
¿Y cuál es la diferencia en ese caso? -retruca el periodista.
En que la Eutanasia es la muerte inducida por el médico de manera activa. Yo le doy al paciente un cóctel de drogas vía intravenosa para que se muera en media hora. Acá lo que se discute es que la persona sea quien decida cuándo quiere ponerle punto final a su vida, en caso de tener una enfermedad terminal. De este modo moriría cuando su cuerpo diga basta, y sería respetada su dignidad.
Se puede vivir con dignidad, no morir con ella. – insiste el entrevistador.
Y no es necesario que la persona sufra como un condenado a muerte por un capricho nacido de un pensamiento arcaico. Si la persona no tiene más posibilidades de sobrevida, ¿para qué hacerla sufrir más? ¿Qué gano con mantenerlo vivo, si ya sé que es irreversible? Lograr que muera maldiciendo su destino, y traumar a la familia que está detrás de todo esto”.


El proyecto y su cronología
El bloque que preside el diputado Gerardo Milman, perteneciente al GEN Avellaneda, presentó el proyecto de ley de Muerte Digna. Fue aprobado en diputados con 142 votos a favor y 6 en contra. Él mismo comenta el estado del proyecto al día de hoy.
Los defensores de este proyecto afirman que mantener con vida a los enfermos terminales es una crueldad, casi un ensañamiento, ya que prolongar su sufrimiento junto con el de sus familias es inhumano. Los detractores sostienen que mientras que el paciente siga con vida, todavía quedan esperanzas de sanar y ningún médico puede ser juez o verdugo de esta situación. Y, por supuesto, apelan a la ética profesional y al Juramento Hipocrático.
Coincidiendo con el terrible caso de los enfermeros uruguayos, en este aspecto el proyecto es muy claro. Se necesita de la voluntad del paciente terminal o, de no poder expresarla, de los apoderados legales. El médico puede sugerir la aplicación del procedimiento, pero no puede actuar por cuenta propia.
Con la ley aprobada, el profesional que lleve adelante esta práctica no enfrentará cargos civiles, penales o administrativos. Esta cláusula es idéntica a la de la nueva disposición de la Corte Suprema ante abortos no punibles por violación. El senador Samuel Cabanchik es uno de los adherentes a la sanción del proyecto, y explica también los puntos más relevantes.


Las claves de la reforma
El texto del proyecto es un agregado a la ley 26.529 de Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud.
La explicación de los médicos es que se le administraría una especie de inducción al coma, mediante un cóctel de drogas, para que el paciente no sienta nada en sus últimos momentos. Esto no es inducir su muerte, sino minimizar los padecimientos por los que atravesaría la persona.
De esta manera se debe informar al paciente que su condición es terminal, en el caso que no se lo haya hecho. Éste podrá optar por no innovar, o dejar por escrito las directivas que desea que lleve a cabo el profesional. Además, faculta a un representante legal, o a sus familiares, a que presten este mismo consentimiento en caso que la persona no esté capacitada para hacerlo (por ejemplo, si el paciente está en coma o en estado vegetativo irreversible).
En la agenda parlamentaria de este año, está contemplado el tratamiento sobre tablas. Lo alentador es que no solo cuenta con el aval de las bancadas opositoras. "Por todos los medios se intentará mantener la vida, pero cuando ello no es posible se tiene que permitir evitar el dolor para que el paciente tenga una muerte tranquila y digna", sostuvo el diputado oficialista Antonio Morante.
En el caso de los cuidados paliativos, éstos podrán ser prestados tanto en el hospital como en el domicilio del paciente. De todos modos, la mayor reticencia por parte de los profesionales a no llevar a cabo esta práctica sin que la ley se reglamente es, más allá de la conformidad del paciente o sus familiares, cualquier tipo de denuncia o proceso en su contra.
Aunque la discusión que genera más polémica en la sociedad, es la diferenciación entre los conceptos de Muerte Digna y Eutanasia. Al respecto, el diputado Milman opina nuevamente.


El pedido de una madre
Selva Herbón, mamá de Camila, viene clamando por esta ley hace casi tres años. Casualmente, la edad de su hija. Nació en un estado vegetativo permanente, y desde ese momento está postrada en una cuna del hospital donde nació.
Mediante una carta dirigida a la presidente Cristina Fernández, Selva explica que cuentan con el dictamen de tres comités de bioética que declararon el estado de su hija como irreversible. Incluso la Iglesia se hizo eco de esta situación, sumándose al pedido de poner fin a la vida de Camila en pos de cortar su sufrimiento.
La nena se encuentra conectada a un respirador artificial y tiene un botón gástrico en su pancita para alimentarla, aunque esto no es suficiente para aliviar el dolor que está padeciendo.
Parte de la carta dice que Usted (por la Presidente de la Nación) sabe de sufrimiento, ha sufrido dos perdidas inmensas e irreparables, el dolor no tiene medida, nadie puede decir su real dimensión. Hace dos años y cinco meses que este dolor nos acompaña; debo ver a mi hija de a ratos, con su cuerpito lacerado por sondas y cánulas , por quemaduras, por el insistente accionar de la tecnología utilizada en medicina en una demostración clara de obstinación terapéutica que lleva al encarnizamiento del cual es víctima mi bebé. Es entonces que le pido que me ayude en este dolor, que no sólo es mío, sino de una parte de la sociedad que sufre situaciones tan extremas como la de tener un familiar en situación de salud irreversible. La Iglesia también nos acompaña, dando apoyo a mi familia. La máxima autoridad en el país, monseñor Jorge Bergoglio, me ha llamado por teléfono y ha expresado su conformidad, acompañado nuestro pedido de limitar el esfuerzo terapéutico, inútil en este caso. Varios comités de bioética avalan mis dichos y confirman el cuadro irreversible que padece mi bebé. Es nuestro deseo que esta ley sea reglamentada en forma urgente; no queremos pensar en otra Navidad para mi familia viendo cómo se deteriora el estado general de Camila por la existencia de un vacío legal. Postergar esta decisión para el próximo año, significa para nuestra familia, y para tantas otras en situación similar, algo que nos cuesta entender”. Y cerró: “Como madre acompaño a mi hija en este doloroso proceso. Muchas personas se están solidarizando con nosotros y es por eso que espero que a la brevedad sea usted quien también nos reciba y comprenda”.

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