Entrevista a Sebastián Cavalletti.
“La Batería me eligió a mi desde que nací”
Por: David Nuñez
El ex baterista de "La mancha de Rolando", conocido como “El Tano”,
nos abrió las puertas de su casa para contarnos cómo fueron sus
inicios como músico y cómo es su presente junto a "El Chávez".
-¿a qué edad comenzaste a tocar?
-Comencé a los 17 años, justo en mi último año de la secundaria.
-¿qué te motivo a elegir la batería como
instrumento?
-Creo que la batería me eligió a mi desde que nací, pero yo no me había
dado cuenta. Mi familia lo intuía, por que como todos los bateristas,
declarados o no declarados, en cuanta comida familiar había golpeaba todo en la
mesa con los cubiertos; cualquier objeto que se pareciera a un palillo como una
cuchara, un tenedor o una aguja de tejer, todos, eran víctimas de esa pasión.
La primera vez que toque una batería es una linda anécdota, estábamos de
vacaciones dos familias y el papa de una compañera de mi hermana que era
baterista, yo eso no lo sabía, me vio golpeando unos tuppers y me dijo
"tenés buen ritmo, yo soy baterista, ¿por qué no te venís a casa a tocar
la batería?", en ese momento se me abrieron los ojos, no lo podía creer, quería
que se termine ya ese verano para volver e ir a tomar clases con él.
-¿Había dentro de tu familia algún músico?
-No, para nada, ni un músico, ni un artista, ni un hermano mayor que, tal
vez vos venias escuchando los Parchís y de repente escuchabas a tu hermano con Led zeppelín y te copabas, no hubo
un disparador, lo que si de parte de mi familia siempre recibí un apoyo
incondicional y esa fue una gran dicha, algo muy importante para mí, ya que
siempre me acompañaron.
-¿Crees que baterista se nace, o se hace?,
¿O se puede solo con voluntad?
-En el caso puntual mío creo que baterista se nace, ya tenemos esa
inquietud por la música, por el ritmo, después lo vas puliendo, es como un
diamante en bruto. Algunos tienen esa facilidad y esa capacidad por el arte y
les sale muy bien, y también hay otros que tenemos que trabajar mucho más, es
como todo en la vida.
-Sobre tus inicios con La Mancha de
Rolando, ¿Cómo fue que surgió la banda?.
-Surgió como la mayoría de las bandas de rock. Como un grupo de amigos de
barrio que se juntan, con un sueño en común, y aprenden a tocar, aprenden
apegar afiches en las calles, a grabar un disco, todas estas cosas van en
paralelo. Comenzamos a tocar en la iglesia de Lujan, clubes de barrios, bares
como La parada del Blues, British entre otros.
-¿Qué los llevo a tomar la iniciativa de
tocar frente a un público?
- Creo que es la naturaleza del arte, cualquiera que hace arte es para
compartirlo, el arte no es egoísta. La naturaleza del músico es eso, compartir
su creación, su música, su letra; a través de un disco, ahora en la web y en su
momento era en casette.
-¿Cuál fue para vos la mejor presentación que
hicieron con la banda?
-Me viene a la cabeza una oportunidad en nuestros inicios donde estábamos de
gira en la costa atlántica, cosa que para nosotros era muy importante tocar en
cuanta playa se pueda porque de ahí se iba a todos lados, aprovechábamos para
vender nuestros casette y con eso pagábamos
el plato de guiso, de fideos, le pagábamos al gitano que nos llevaba en el
micro, todos los gastos de la gira. Veníamos de una seguidilla de mala racha,
no podíamos tocar por que la policía no nos dejaba, o llovía o nos cancelaban, y
cuando estás ahí es guerrilla pura, te sacan de un lado y vas a otro, terminamos
en un bar de mala muerte donde había una lamparita de 70 y dos o tres
borrachos, un escenario muy triste en verdad, le pedimos al dueño si podíamos tocar,
teníamos nuestros equipos así que le pedimos electricidad nada más y nos
pusimos a tocar. Algunos que nos habían seguido de otro lugar que nos
cancelaron estaban ahí y fue una fiesta increíble!, era un lugar chiquito, estábamos
todos muy apretados, parecía que había muchísima gente, todos bailando y eso
fue genial, fue una inyección de optimismo de esperanza para nosotros, fue un
gran show!
-Participaste en el Zidjian Day, uno de
los eventos más importantes en el entorno de los bateristas. ¿Qué disfrutaste más,
tocar o conducir el espectáculo?
-Son dos cosas muy distintas, disfrute mucho de las dos cosas. Sin dudas
tocar es lo mío, si es por tocar creo que fue una experiencia aterradora y en ese
momento no lo disfrute, porque tenía tanto miedo que no llegue a disfrutarlo.
Como baterista es un reconocimiento tocar en el Zidjian Day y siempre quise
estar ahí, pero lo disfrute recién después de que me baje. Como conductor y
traductor de los artistas que vinieron fue un placer, conocer a mis ídolos y
poder estar en un nivel de intimidad que solo yo lo pude tener al compartir un camarín.
-Sobre tu presente en El Chavez, ¿Sentís
que tenés más libertad para expresarte musicalmente en este estilo de música?
-No son músicas similares El Chavez y La Mancha, las naturalezas son
totalmente diferentes, una es música electrónica donde todo se monta en una
secuencia, sobre un Bit que ya está programado. Son canciones “pasatistas”,
para pasarla bien, el show es mucho más efectivo que con la mancha porque
aunque no sepas la letra de la canción el ritmo es muy caliente y eso está buenísimo,
es como ir a un boliche, tal vez no conoces los temas pero te los bailas todos,
esto es lo mismo; pero también creo, que el corazón de la gente no genera lo
mismo, porque tal vez los temas no quedan tan metidos, escuchas un tema de los
Beatles por ejemplo, con sus letras y mensajes y son atemporales y hay otros
temas que los tenés todos los días sonando en el auto y después paso, no los
escucho más. Esto es un estilo nuevo para mí, estoy aprendiendo algo nuevo, yo venía
tocando un estilo y ahora estoy más acotado, recién ahora después de dos años
estoy encontrando mi voz, desde donde compongo, los sonidos, las texturas, que
huecos me deja la pista para poder tocar. Recién ahora estoy empezando a
divertirme mucho más en los shows, encontré ese puente entre “el baterista de
rock” y “el baterista de cumbia electrónica”, que en verdad es “el baterista de
rock que ahora toca cumbia electrónica.
-¿Qué consejo le darías a aquel que se está
iniciando como baterista o a aquellos padres que tiene un hijo pequeño que no
para de golpear la mesa con los cubiertos, como tal vez lo hiciste vos alguna
vez?
-Hoy como padre lo veo desde los dos lados, creo que los padres tienen que
acompañar al hijo, no lo tienen que forzar a ir en busca del dinero, no tienen
que forzar sus tiempos, un músico necesita mucho tiempo libre y los padres
tienen que bancar ese proceso hasta que el hijo se hace responsable y mantener
ese equilibrio para que sea libertad y no libertinaje. Si decide ser músico se
tienen que entregar con cuerpo y alma a su música, lo más importante es que
siga su corazón, porque es eso lo que lo va a hacer pasar cualquier penuria, si
estás haciendo lo que no te gusta y encima no tenés ni un cobre es un bajón, en
cambio si estás pasándola mal porque estás haciendo lo que te gusta, la decisión
es tuya, es muy distinto, es uno el que elije en ese caso.
-¿Cuándo lo ves tocar a tu hijo Rocco, te
ves a vos ahí?
- Si, totalmente en un cien por ciento, pero a diferencia mía el nació ya
entre parches y golpes de batería, mi esposa canta y toca la guitarra, desde la
panza de su mama el escuchaba música; Para él es natural, cuando muchos chicos estén
en ese despertar por la música entre los quince años que es cuando se empiezan
a inclinar hacia algún instrumento, él ya les va a llevar quince años de
diferencia, tenemos un chiste los dos cada vez q le preguntan hace cuanto que
toca, les responde que hace ocho años y después le preguntan cuántos años
tiene, y él dice ocho años, es cómico pero es verdad.
-¿tuviste alguna “clave”, dígase frase,
consejo, una persona que fue tu bandera para permanecer en la música y no
dedicarte a otra cosa?
-Mi viejo no es músico ni nada
de eso, pero es muy intuitivo, una vez me dijo que para él hacerlo en grupo es
mejor, el trabajo en grupo es mejor, la fortaleza del grupo es distinta a la de
uno solo, yo no soy jugador de tenis o de ajedrez, siempre jugué al rugby y el
trabajo en equipo es lo mío, no soy solista. Después de varios años entendí por
dónde venía el consejo de mi padre. Otra frase que me marco mucho es “menos es más”.
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